Este es el bello rostro de Yu Kwan-sun. En 1919, ella tenía 16 años de edad. Se convirtió en el rostro de la lucha coreana por su independencia.
Yu era estudiante en el colegio Ewha Haktang en Seúl. El 1 de marzo de 1919, ella y cuatro compañeras de clase se reunieron con otros en las calles en protestas donde se escuchaban gritos de ¡Manse! (larga vida a la independencia, en este caso). Una Declaración de Independencia, escrita por el editor Choe Nam-seon, fue firmada por 33 líderes culturales y religiosos coreanos. Esta fue leida en el Parque Pagoda de Seúl.
Unos días después, Yu regresó a su pueblo de Cheonan con una copia de contrabando de la Declaración de Independencia. Fue de aldea en aldea corriendo la voz acerca del Samil (1 de marzo), alentando a los residentes a organizar sus propias protestas.
El 1 de abril, 3,000 personas se reunieron en el mercado Aunae en Cheonan. Yu, estaba ahí, distribuyendo banderas coreanas y pronunciando discursos en los que hacía un llamado por la independencia. Los militares japoneses llegaron y dispararon a la muchedumbre, matando a 19 personas, incluyendo a los padres de Yu.
Aproximadamente dos millones de personas de una población total de 20 millones, participaron en 1,542 marchas por la independencia, de acuerdo a Djun Kil Kim, autor de "La Historia de Corea". Más de 7,000 personas murieron y aproximadamente 46,000, incluyendo a Yu, fueron encarceladas.
Yu continuó expresando su apoyo por la independencia de corea y, con otras reclusas, organizó una gran protesta en el primer aniversario del Movimiento de 1 de Marzo.
Le ofrecieron a Yu una condena menor si admitía su culpa y cooperaba con la policía. Ella se rehusó.
La policía la torturó para que les diera los nombres de los colaboradores o de las casas donde les estaban dando asilo. Ella se mantuvo firme.
Ella fue transferida a la estación de policía Gonju y fue juzgada por rebelión y violaciones a las leyes de seguridad. Durante el juicio, ella protestó contra la injusticia diciendo, "Su país ha invadido a otro país. Ustedes no tienen derecho de juzgar nuestras culpas." Ella fue condenada a cinco años en la prisión Seodaemun.
"Aunque me arranquen las uñas, me desgarren la nariz y las orejas, y me destruyan las piernas y los brazos, el dolor físico no se compara con el dolor de perder mi nación," ella escribió en prisión. "Mi único arrepentimiento es no poder hacer más que dedicar mi vida a mi país."
Eventualmente fue transferida a una celda subterránea, donde fue repetidamente golpeada y torturada. "Japón caerá, " ella escribió poco antes de morir de las lesiones que le dejó la tortura, el 28 de septiembre de 1920 a la edad de 17 años.
La leyenda dice que el 1 de marzo, las estatuas de Yu Kwan-sun marchan gritando "Larga vida a la Independencia Coreana" y que si pronuncias su nombre ante una de las estatuas, la cabeza volteará y te mirará directamente a los ojos.
Fotografía del New York Times
EL NACIMIENTO DE UNA COREA INDEPENDIENTE
Kyung Moon Hwang, profesor de Historia en la Universidad del Sur de California, escribió un artículo maravilloso acerca del nacimiento de la nación coreana que puede leer aquí. En una entrevista con Ted Widmer del Consejo Carnegie para la Ética en Asuntos Internacionales, él explicó el significado de las protestas del 1 de marzo de 1919 en Corea.
En el centro de Seúl, el 1 de marzo de 1919, "la gente se había reunido para el funeral del Rey Gojong, quien había sido forzado a abdicar tres años antes de la anexión formal de Corea como colonia de Japón.
Para 1919, Corea había sido una colonia japonesa durante 9 años. Se produjo una convergencia de fuerzas intelectuales, políticas y de otra naturaleza y se decidió que el 1 de marzo, los líderes de este esfuerzo organizado que habían firmado una Declaración de Independencia (compuesta por el famoso poeta Choe Nam-seon) leerían la declaración el día 1 de marzo en un parque en el centro de Seúl. Rápidamente fueron arrestados, lo cual anticiparon sucedería desde un principio.
Este patrón de leer en voz alta la declaración y después salir a marchar pacíficamente se repitió a lo largo de la Península durante varias semanas.
Foto de la Marcha del 1 de marzo de 1919
de http://www.jejuweekly.com/news/articleView.html?idxno=6085
"Es evidente en documentos accesados en diversas organizaciones tanto dentro como fuera de la Península que los líderes conocían la estrategia detrás de utilizar la Conferencia de Paz de Paris como plataforma para dar voz a sus aspiraciones sobre en el escenario global.
"No puedo asegurar que el coreano promedio conociera esta idea que estaba filtrándose por todo el mundo, pero ciertamente los intelectuales, los líderes sociales y educativos lo sabían. Pienso que resultó ser una fuerza unificadora muy poderosa en 1919 en Corea y en muchos lugares, de hacer algo para cambiar esta condición que los coreanos habían vivido durante 9 años y que, anteriormente, no habían experimentado desde la invasión de los Mongoles en los siglos 13 y 14.
Photos from the Korean Times
"Había coreanos en México, en Hawai, en otras partes del Este de Asia, y en Siberia. Se hicieron esfuerzos por conectarlos a todos después del 1 de marzo, en una red para lograr el resultado deseado. Así que es realmente extraordinario el grado hasta el cual la diáspora ya se había diseminado por todo el mundo y no tomó mucho esfuerzo desencadenar ese sentido de colectividad nacional Coreana. Lo vemos en evidencia de telegramas y cartas. Vemos dinero que se estaba moviendo entre ciudades y países.
Había muchas figuras heróicas trabajando juntas de una u otra forma en una red extraordinaria. Entre 14,000 y 16,000 documentos fueron descubiertos en un ático de la Asociación Coreana Nacional en Los Ángeles. Ellos tuvieron la amabilidad de permitir a la Korean Heritage Library (Biblioteca de la Herencia Coreana) en la Universidad del Sur de California digitalizar esos documentos de manera que estén disponibles a cualquier persona en el mundo.
"Si uno piensa que el éxito dependía de obtener independencia inmediata, desde luego que las marchas del 1 de marzo no tuvieron éxito, pero sí lograron levantar muchas restricciones de los japoneses. La decada y media tras la Marcha del 1 de marzo fue verdaderamente un período de liberación y tuvo como resultado tremendos desarrollos en términos de la cultura moderna de Corea.
Viajando por tren en Corea en los años 1930s
http://www.koreatimes.co.kr/www/nation/2018/05/721_249222.html
"El período de los años 1920s hasta principio de los 1930s fue el resultado directo de las marchas del 1 de marzo, un período considerable de liberación y actividad cultural, así como de actividades de asociación y sociales."
Todas esas libertades básicamente desaparecieron a fines de los años 1930s cuando Japón de mobilizó para la guerra, primero en China y después contra los Estados Unidos. Pero entonces viene el período de verdadera independencia después de la Segunda Guerra Mundial.
"Este es el período más importante de la historia moderna de Corea. Muchos eventos importantes ocurrieron en el breve período entre la liberación en agosto de 1945 y el inicio de la Guerra de Corea, en 1950, cuando la división nacional emergió y se solidificó gracias a la ocupación de la Península por parte de la Unión Soviética en el Norte y los Americanos en el Sur.
"Esta representaría la culminación de las divisiones ideológicas y políticas que se formalizaron a través del establecimiento de Corea del Norte y Corea del Sur, como estados separados, en 1948. Después vino el intento en 1950 por parte de los coreanos del norte de usar la fuerza para cambiar la situación, lo cual dio pie a la Guerra de Corea."
Los extranjeros que arriesgaron sus vidas para defender a nuestros ancestros.
El Korean Herald publicó: "En el turbulento camino de Corea hacia la independencia y la construcción de una nación, existieron
extranjeros que firmemente apoyaron al pueblo coreano, aunque sus contribuciones han sido eclipsadas por aquellas de los Patriotas Coreanos.
"El Korea Herald, en colaboración con Independence Hall of Korea (la Sala de la Indepedencia de Corea), ha publicado una serie de artículos que presentan a estos extranjeros, sus vidas y legados.
Entre ellos estaban Albert Wilder Taylor y su esposa Mary Taylor.
Albert W. Taylor era ingeniero minero, sin embargo, se convirtió en un periodista bien conocido. Taylor aparece en la fotografía superior con su esposa, la actriz británica Mary Linley Taylor (cuyas memorias "Chain of Amber" (Cadena de Ambar) pueden comprar AQUÍ.
No se sabe con precisión cuándo es que Taylor, quien hablaba coreano con fluidez, comenzó a enviar noticias sobre Corea, ni cuáles eran sus motivos.
Sin embargo, se sabe que Taylor aceptó un trabajo como corresponsal en 1919, cuando supo que una persona basada en Tokyo estaba buscando a alguien que cubriera el funeral del Rey Gojong, último monarca de la Dinastía Joseon.
Ese mismo día, nació su hijo en el Hospital Severance en Seúl. Durante su visita a su esposa, él vio a unas enfermeras rápidamente tratando de esconder copias impresas de la Declaración de Independencia debajo de la cama en una habitación reservada para pacientes extranjeros. Él obtuvo una copia y la envió inmediatamente a la oficina de la agencia de noticias AP en Tokyo.
Taylor, quien informó al mundo de la lucha por la independencia en Corea a través de artículos acerca de la Declaración y del Movimiento del 1 de Marzo, escribió el 7 de marzo en una carta a su suegra, "No pedí este trabajo, péro me nombraron corresponsal en Corea para la agencia de noticias AP. Estaba ocupado con mi trabajo hasta recientemente, cubriendo el funeral del Rey Coreano y escribiendo artículos acerca del movimiento de independencia en Corea."
Fotografías tomadas por Taylor en el funeral del Rey Gojong desde el Palacio Gyeongbokgung hasta la Puerta Heunginjimun.
After the funeral of the King, Taylor wrote many other articles. He visited to site of the Jeamni Massacre, where Japanese soldiers gathered residents in a church in Jeamni village in Hwanseong in the province of Gyeonggi-do and massacred them in retaliation for the march for independence.
His article about this mass murder was published in the New York Times on April 24 under the heading, "Japanese Troops Massacre Koreans." The newspaper in English published in Japan also covered his report on April 27 and 29.
American Consul Raymond Curtice wrote a report on April 21 in which he describes visiting the site of the massacre on April 16 with AP correspondent A.W. Taylor.
Aside from the massacre, Taylor also covered trials of independence fighters who led the movement. A story on the trials of Son Byung-hee (1861-1922) and others ran on the July 13, 1920, edition of the Dong-A Ilbo. It read, “A Westerner appeared in the press box for the first time. This man was Taylor, a correspondent of the American news agency AP, who will break news on the trials.”
Few remaining records mention what Taylor covered and wrote as a correspondent after 1920. What can be inferred without difficulty, however, is what Joseon meant to him.
In 1923, he built a two-story red-brick house with a basement in Seoul’s Haengchon-dong neighborhood, where Gen. Gwon Yul’s home is known to have been, and carved the Sanskrit word “Dilkusha,” meaning “heart of delight,” into the foundation.
Taylor lived in Seoul with his wife Mary Linley Taylor (1889-1982) and their son Bruce Tickell Taylor (1919-2015), but they were deported in 1942 as Japan’s imperialism neared its peak.
After Japan’s surrender in 1945, Taylor made every effort to return to Korea, sending letters to the U.S. administration and American military authorities there. Unfortunately, he died of a sudden heart attack in 1948. His widow brought his ashes to Korea in September the same year and interred them at Yanghwajin Foreign Missionary Cemetery in Seoul.
Taylor and his wife built their house in Seoul in 1923 and named it Dilkusha, which means Heart's Delight in Hindi. They lived there until they were deported by the Japanese in 1942. In 2016, the Korean government initiated reconstruction and the house was opened to the public as a historic site to commemorate the 102nd anniversary of the 1st of March Movement.
Above, Jennifer Taylor, Albert Taylor's granddaughter, at the re-opening of ger grandparent's house in Seoul, now open to the public.